Podcast FDC 114: Un adiós al gran Roger Corman y por qué los que amamos el cine le debemos tanto

Una verdadera leyenda del mundo del cine, dentro y fuera del terror, el pionero Roger Corman, nos ha dejado recientemente a sus 98 años. Su hija Catherine lo describió como un hombre generoso, de corazón abierto y amable con todos los que lo conocían. Cuando se le preguntó cómo querría ser recordado, solo respondió “Fui un cineasta, solo eso”.

El maestro John Carpenter se manifestó a través de X diciendo “Roger Corman, uno de directores más influyentes en mi vida, ha fallecido. Fue un privilegio conocerlo. Fue un gran amigo. Formó mi infancia con películas de ciencia ficción y adaptaciones épicas de Edgar Allan Poe. Te voy a extrañar, Roger”.

Brian Keiper, columnista de Bloody Disgusting, celebró el legado incomparable de Corman en 2022, escribiendo: “Roger Corman ha sido llamado de muchas formas durante su vida: El rey de la serie B, El Papa del cine pop, forajido, rebelde, mentor. Tal vez todo ello se puede condensar en una sola palabra: leyenda. Con una carrera que se ha extendido por siete décadas, Corman ha participado de muchos cargos: director, productor, escritor y actor. Esto dentro de los cargos oficiales, porque también ha participado como decorador de escenografía, director de arte, operador de soporte y chofer. Le pidió a muchos que trabajen en condiciones difíciles, pero nunca pidió algo que él mismo no haya hecho o tenido la voluntad de hacer. Durante este proceso, dejó una marca prácticamente invaluable en Hollywood y en el cine internacional.”

Nació el 5 de abril de 1926, hijo de William y Anne Corman, quienes vivían en los suburbios de Detroit. Roger y su hermano menor Gene pasaron sus años de infancia durante la Gran Depresión, lo cual forjó en él ese estilo de bajo presupuesto que lo hizo famoso como cineasta. Fue un gran estudiante que tenía por afición la lectura y el aeromodelismo. Durante su adolescencia, su familia se mudó a lo que él llamaba “la zona menos elegante de Beverly Hills”. En la escuela secundaria tuvo sus primeros contactos con personas vinculadas al negocio del espectáculo, y pudo observar las diferencias de clase en la vida norteamericana, un tema que se volvería recurrente en sus películas.

Roger asumió que sería ingeniero como su padre y trató de seguir la carrera en Stanford, pero a mitad de camino cambió de rumbo. Tras su primer año, se transfirió a la Universidad de Colorado. En 1946, volvió a Stanford para graduarse como ingeniero industrial, pero sus intereses habían cambiado drásticamente hacia la literatura y el cine. Luego de una etapa de desempleo, finalmente obtuvo su primer trabajo en la industria como mensajero en el estudio de la 20th Century Fox, asistiendo además los sábados a trabajar gratis para poder observar en los escenarios y leer guiones. Pronto fue promovido al departamento de guiones, donde pudo entablar conexiones muy valiosas y aprender de la naturaleza de la industria, tanto lo bueno como lo malo.

Posteriormente, ingresó a Oxford para estudiar literatura por una breve temporada, antes de aventurarse a viajar a Paris. Estando allá, pasó el tiempo escribiendo guiones, conociendo personas y haciendo negocios. Un año después, volvió a casa cargado de experiencias que luego aplicaría en su carrera.

Ya en Los Angeles, consiguió algunos trabajos en la industria antes de vender un guion llamado “The House In The Sea”, que eventualmente se convirtió en la película Highway Dragnet, de 1954. La versión final de la película lo dejó frustrado, así que decidió hacer su propia película de bajo presupuesto, The Monster From The Ocean Floor ese mismo año, una historia de ciencia ficción y terror que se hizo con solo $12000, con Corman en el rol de productor, y en varios otros roles más. Inmediatamente después, empezó a producir su siguiente película, The Fast And The Furious, del mismo año, la cual tuvo un éxito moderado, logrando un contrato por tres películas con una empresa nueva llamada American International Pictures.

Durante los años 50s y 60s, Corman y la AIP tuvieron una colaboración muy productiva, convirtiendo a AIP en el estudio de cine independiente más grande de aquel entonces. Con ellos, Corman pasó de productor a director por primera vez gracias a un western llamado Five Guns West, en 1955. Corman continuó expandiendo su trabajo más allá del western y la ciencia ficción a todos los géneros que pudieran llegar al público joven, al cual los estudios más grandes no estaban apuntando. Solo en los años 56 y 57, produjo y dirigió trece películas, aprovechando la energía propia del mundo apresurado del cine de bajo presupuesto. Durante esta etapa, empezó a estudiar actuación con Jeff Corey, donde encontró a dos de sus futuros colaboradores, nada menos que Robert Towne y Jack Nicholson.

Al final de este periodo, los ejecutivos de AIP le pidieron que buscara locaciones en Australia. Cambió el boleto de primera clase que le dieron y lo usó para viajar por el mundo en autobus. Así fue como conoció a los hermanos Shaw en Singapur, estuvo a punto de ser arrestado por una confusión en Tokio, y fue iniciado por una tribu de cazadores de cabezas en Fiji. A su regreso, volvió al trabajo como productor y director haciendo todo tipo de películas, trabajando con Jack Nicholson y Charles Bronson.

Corman creó su propia casa productora y distribuidora, The Filmgroup, con la que financió y dirigió The Wasp Woman en 1959. También hizo un trío de películas con plazos extremadamente ajustados, y que se han vuelto legendarias: A Bucket Of Blood, en 1959, The Little Shop Of Horrors en 1960, y Creature From The Haunted Sea en 1961, las tres consideradas hoy como clásicos de culto de la comedia de terror. La más famosa es sin duda Little Shop Of Horrors (La Tiendita Del Horror), filmada solo en dos días y medio. Corman apostó a que podía hacer una película completa con los restos de los escenarios de una película anterior si tenía acceso a ellos por un par de días. Y si algo demuestra esta producción es que jamás debíamos apostar en su contra. La película fue un éxito al punto que tuvo una nueva adaptación musical en 1986, y además le dio a Jack Nicholson uno de sus papeles más recordados del inicio de su carrera.

Siguiendo esta trilogía de comedias, Corman estaba preparado para tomar una nueva dirección. Contó que “Estaba listo para pasar a películas más grandes, mejores y con plazos más largos, y para dirigir actores más experimentados con mejores guiones”. Le compartió a James Nicholson y Samuel Arkoff, las cabezas de AIP, la idea de tomar los presupuestos de dos películas que se podían hacer en diez días y que se venderían como doble función, y combinarlos para alcanzar un rodaje de quince días en color y pantalla panorámica para estrenarla por separado. Sugirió “The Fall Of The House Of Usher”, una historia de Edgar Allan Poe, como la primera porque todas las escuelas secundarias tenían a Poe en sus planes lectores. Además, cuando era joven, Corman se había enamorado del trabajo del autor y quería trabajar en el subgénero del terror gótico. The Fall of the House of Usher, de 1960, protagonizada por el gran Vincent Price, demostró ser un gran éxito y como era de esperarse, AIP quería más. El resultado fue el gran Ciclo Poe de Corman, con ocho películas. Siete de ellas fueron protagonizadas por Price, cimentando su lugar como uno de los actores más icónicos del cine de terror.

Para evitar la ansiedad mientras hacía el Ciclo Poe, trató de distanciarse del terror en sus demás películas. The Intruder (1962), una película altamente política sobre la segregación, fue el debut protagónico de William Shatner y un triunfo a nivel artístico y crítico, pero a la vez una decepción en la taquilla. Esta película representó mucho para Corman, y su mensaje sigue siendo contundente y relevante hasta nuestros días. Además, hizo una de las más grandes películas de ciencia ficción y terror de todos los tiempos: X: The Man With X-Ray Eyes, de 1963, una producción reflexiva y hasta espiritual con Ray Milland como un científico cuyos experimentos le dan la habilidad de ver más allá de lo humanamente posible, alcanzando el centro mismo del universo. Sus efectos visuales experimentales y psicodélicos fueron la base de algunas técnicas que luego usaría en películas como The Masque Of Red Death, de 1964, y The Trip, de 1967.

En su momento, Corman intentó hacer una película al estilo de Poe sin basarse en una de sus historias. El resultado fue The Terror, de 1963, una extraña película con Boris Karloff, Jack Nicholson y Dick Miller, con segmentos dirigidos por un total de cinco directores que incluían a Corman, Monte Hellman, Jack Hill, el talentoso asistente de Corman, Francis Ford Coppola, y al parecer, el propio Jack Nicholson. Probablemente lo mejor que salió de The Terror fue la brillante película de Peter Bogdanovich, Targets, de 1968. Se le indicó a Bogdanovich que tomara veinte minutos de The Terror, veinte minutos de metraje nuevo con Boris Karloff, y cuarenta minutos de metraje nuevo con otros actores, y que hiciera una película con ello. Bogdanovich y Polly Platt escribieron un guion sobre un actor de cine de terror ya retirado, interpretado por Karloff, intercalando su historia con la de un francotirador asesino basado en el aterrador caso de Charles Whitman. El resultado es una de las películas de suspenso más efectivas que se haya hecho.

Francis Ford Coppola y Peter Bogdanovich resultaron ser los abanderados de lo que se conocería como la “escuela Corman”. Algunos de los “graduados” incluyen a los escritores Richard Matheson, Charles Beaumont y Robert Towne; a los directores Monte Hellman y Jack Hill; el productor Menahem Golan; y a muchos actores como Robert De Niro, Cindy Williams, Talia Shire, William Shatner, Dick Miller y Bruce Dern. Luego de que Corman se independizara de AIP, inició su propia compañía, New World Pictures, y la escuela demostró ser solo el principio.

En muchas formas, Roger Corman demostró ser una de las figuras más importantes en la formación de lo que se llamó “el Nuevo Hollywood”, o la Nueva Ola Americana. Aunque era bastante mayor que la mayoría de los representantes de este movimiento, compartía sus políticas y siempre trataba de dirigirse a la cultura juvenil. Películas como The Wild Angels, de 1966, y The Trip fueron muy relevantes dentro del movimiento. Ambas películas son experimentales y apuntan directamente a la juventud de finales de los 60s. Muchos de los temas se fusionaron y depuraron en una producción que prácticamente daría inicio al Nuevo Hollywood junto a Bonnie And Clyde, de 1967. Hablamos de Easy Rider, de 1969, que incluye a varios integrantes de la escuela Corman, como Dennis Hopper, Henry Fonda, Jack Nicholson, y el cineasta László Kovács.

The Wild Angels y The Trip marcaron un cambio en la relación entre Corman y la AIP. Tras entregar estas películas junto a Bloody Mama en 1970, se dio cuenta de que las películas eran reeditadas sin que él participe de ello. Y es que estas películas eran más radicales en su estilo cinematográfico y político, lo cual hizo que los directivos se preocuparan por los accionistas. Mientras estuvo en Irlanda, trabajando en Von Richtofen And Brown, de 1971, Corman tomó decisiones de mucha importancia: dejaría permanentemente AIP, comenzaría su propia empresa, se tomaría un descanso de la dirección, y se casaría con Julie Halloran, con quien había estado saliendo por años.

La pareja se casó el 26 de Diciembre de 1970, meses después de haber vuelto a Los Angeles. Ambos serían compañeros sentimentales y también laborales, pues Julie, ahora Julie Corman, empezaría a trabajar en la recién creada New World Pictures como productora. Su esposo la consideró “la productora más dedicada en la historia del cine”, refiriéndose específicamente a aquella ocasión en la que fue a su oficina a firmar cheques para el personal antes de ir al hospital a dar a luz a su hija Catherine. New World se propuso crear películas exitosas que llamen la atención del público con elementos de explotación pero que también tuvieran un mensaje social. Esto incluía películas de motociclistas, historias de enfermeras, y mujeres en prisión, pero muchas de ellas trataron de presentar un punto de vista liberal, el cual Corman también veía como un elemento que podía ser explotado tanto como la acción o las escenas de sexo. Esta nueva casa productora y distribuidora empezó a resultar atractiva para jóvenes cineastas con ganas de formar parte de Hollywood.

El primer gran éxito de New World vino de un graduado de la Universidad de New York, un profesor de cine con varios cortos y un largometraje en su haber, un tal Martin Scorsese. En 1971, Corman le envió a Scorcese el guion de Boxcar Bertha, de 1972, el cual Scorsese reescribió y dirigió. La producción iba a ser distribuida por AIP pero algunos de sus ejecutivos no estuvieron muy contentos con lo que vieron. Le exigieron a Corman que despidiera a Scorsese y dirigiera él mismo, lo cual él rechazó, respaldando así a su director y a su producción. “La película está dentro del plazo, dentro del presupuesto, y tiene el excelente metraje hecho por Martin”, les dijo. La apuesta se ganó, y Boxcar Bertha le abrió las puertas a los más grandes éxitos de Scorsese, como Mean Streets, en el 73, Alice Doesn’t Live Here Anymore, del 74, y por supuesto Taxi Driver, en el 76. Esto fue un punto de quiebre para New World. Como Corman escribiera en su autobiografía, “después de Marty, nos volvimos la Meca del cine para el talento más ambicioso y experimental.”

Luego de Scorsese llegaron varias personas que se convirtieron en íconos dentro de Hollywood y del cine independiente. La lista es muy larga pero incluye a Ron Howard, John Sayles, Joe Dante, Phil Tippett, Rob Bottin, Gale Anne Hurd, James Cameron, James Horner, Allan Arkush, Amy Holden Jones, Penelope Spheeris y Jonathan Demme, solo por nombrar algunos. Trabajar para Corman se volvió motivo de orgullo y para él era una alegría ver a sus colegas alcanzando el éxito. Tal como le dijo a Ron Howard en su debut como director Grand Theft Auto, en el 77, “Las condiciones son difíciles, no hay mucho dinero. Pero si realmente haces un buen trabajo con esta película, no tendrás que trabajar para mí nunca más.” Era un trabajo de entrenamiento, en un entorno artístico limitado solo por el presupuesto y la necesidad de incluir ciertos elementos para hacer que la película fuera un éxito ante los ojos de Corman. New World también fue un campo de entrenamiento para actores en sus primeros papeles, entre ellos Sylvester Stallone, Sid Haig, Pam Grier, Bill Paxton, Tommy Lee Jones, David Carradine y Barbara Hershey. La historia habla por sí sola de esta promoción.

Otro motivo de orgullo para Corman fue la adquisición de varias películas internacionales por parte de New World para su distribución en Norteamérica, y el hecho de que la mayoría ya habían sido exitosas. La primera fue Cries And Whispers, de 1972, trabajo de Ingmar Bergman, que se exhibió por todo Norteamérica, siendo el trabajo con mayor exposición en toda la carrera de su director, llegando incluso a ser presentada en autocinemas, lo cual fue de total agrado para Bergman. Entre 1972 y 1982, New World obtuvo los derechos de distribución de Amarcord, película de Fellini de 1973; la obra maestra de animación La Planète Sauvage, del mismo año; Dersu Uzala, de 1975, dirigida por Akira Kurosawa; The Tin Drum, de 1979, y otras más. “Durante esta etapa de diez años, desde inicios de los 70s hasta inicios de los 80s, las películas distribuidas por New World ganaron más premios de la Academia a Mejor Película Extranjera que todas las demás distribuidoras juntas”, escribió con gran satisfacción en su autobiografía.

En 1983, Roger Corman vendió New World e inmediatamente empezó a producir películas bajo la marca Millenium Pictures, esta vez sin ocuparse de la distribución. Fue una etapa que duró poco, pues sintió que los nuevos dueños de New World no estaban estrenando sus películas adecuadamente. Inició una nueva casa distribuidora, Concorde Films, para distribuir las películas de Millenium. El estudio cambiaría de nombre una vez más a Concorde-New Horizons. Todo esto coincidió con el ascenso del video casero y la televisión por cable, lo cual fue un alivio pues los costos de distribución seguían aumentando. Se convirtió en una especie de pionero en el mercado del cine directo a video, y las películas de New Horizon se volvieron la mayor parte del catálogo de HBO en su primer año.
Encontró grandes dificultades para competir con los estudios más grandes, que ahora estaban haciendo versiones de gran presupuesto del tipo de películas que solían hacer estudios como el suyo, es decir, películas de monstruos, ciencia ficción, y aventuras. El VHS y el cable se volvieron su mayor fuente de ingresos, y muchos clásicos de culto se produjeron durante este periodo, tales como Chopping Mall, de 1986, Slumber Party Massacre II, del 87, y Brain Dead, de 1990, esta última con Bill Paxton y Bill Pullman.

Como se puede leer en el capítulo final de su autobiografía How I Made A Hundred Movies In Hollywood And Never Lost A Dime, Corman se sentía muy ansioso hacia finales de los 80s. Cuestionaba las decisiones que lo hicieron pasar de detrás de una cámara a detrás de un escritorio. Por primera vez en 20 años retomó la dirección, haciéndose cargo de Frankenstein Unbound en 1990, que además sería su último trabajo como director. Desde The Godfather Part II, de 1974, apareció en varias películas de la promoción de la escuela Corman, entre ellas The Howling en 1981, The Silence Of The Lambs en 1991 y Apollo 13 en 1995, y también hizo apariciones en Body Bags en el 93 y Scream 3 en 2000. Continuó produciendo películas, especialmente para el mercado casero y la cadena SyFy. Películas como Sharktopus y Dinocroc vs. Supergator (ambas de 2010) son una especie de retorno a sus típicas películas de monstruo marino.

En 2009, Corman recibió un premio de la Academia por su trayectoria. Jonathan Demme, que fue quien se lo entregó, inició su discurso diciendo “14 de Noviembre de 2009, Roger Corman recibe un Oscar. Señores, ¿por qué se tardaron tanto?”. Y esa es una pregunta real. Aunque pocas de sus películas podrían ser nominadas a un Oscar, las razones de la Academia para darle un premio por su “incomparable capacidad para formar cineastas proporcionándoles un entorno que ninguna escuela de cine podría igualar” no podrían ser más acertadas. Y Corman continuó produciendo hasta 2019, formando e inspirando cineastas hasta nuestros días. Al inicio de la pandemia por el COVID-19, lanzó el “Corman Quarantine Film Festival”, un festival que animaba a cineastas principiantes a hacer cortos en aislamiento usando sus celulares. Desde entonces, apareció en los cortos de su hija Catherine junto a su hija menor Mary Tessa Corman.

Pocos cineastas han sido tan influyentes como él. Los elementos que forman parte de su filosofía al hacer cine han abierto paso a empresas como Full Moon y Troma, e indirectamente para estudios de bajo presupuesto de la era digital, como Blumhouse y SpectreVision. Sus películas son únicas, con contenido social, y con el espíritu aventurero de su creador. Poseen una efusividad que llega a traicionar sus bajos presupuestos y sus plazos cortos, pero que a la vez las hace extremadamente entretenidas. Es cierto que Roger Corman ha sido llamado de muchas formas con el paso de los años, pero el legado de sus películas y el de todos los artistas con los que trabajó a lo largo de su vida, lo hicieron una leyenda que merece ser celebrada.

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