Una nueva Reseña Al Paso del buen Sebastián, esta vez con una de las nominadas al Oscar: Spotlight. Ya saben que pueden ver el artículo original aquí y también seguirlo en su cuenta de Medium.com.
Ahí les va:
La gracia de las películas sobre periodismo e investigación es que rescatan la intensidad y el in-crescendo de una historia policial, pero sin acción. O, si quieren verlo desde otra manera, la investigación rigurosa es la acción misma. Y Spotlight no es una excepción.
La historia está basada en hechos reales sobre un grupo de periodistas en el 2001 que investigó a profundidad sobre casos de pedofilia en las iglesias católicas del estado de Boston.
Los personajes, si bien no poseen de un gran perfil o background, son capaces de engancharte, aunque sea con lo poco que se muestre de ellos. Cada quien tiene una personalidad marcada que, paradójicamente, se revela mucho con lo poco que se muestra de ellos. Y quizás esa reducción de acción se deba a que la historia le da el espacio o bloque justo y necesario a cada uno. No, no es un punto en contra; más bien es a favor, se trabaja muy bien con la economía del tiempo, de la historia.
Algo que quiero resaltar (y que admito haber encontrado casi al finalizar la película) es la fotografía e iluminación. Notarán un juego de blancos, grises o simplemente colores que se asemejen al de un periódico. Como si la película nos quisiera sumergir en un artículo periodístico por completo.
Quizás, a modo personal, el problema que le encuentro a Spotlight es su duración. Pero, del mismo modo que a The Room, necesitaba terminar de ver la película para darme cuenta que era necesaria esa extensión.
En resumen, y vuelvo a reiterar lo dicho al inicio, Spotlight trabaja muy bien con el desarrollo de una historia sin necesidad de acción física. No diría que mantiene en suspenso, sino más bien que provoca ganas de seguir descubriendo más. Nos convertimos en un lector de periódico más.
Calificación: 8/10