30 años después, ‘Hocus Pocus’ sigue siendo la mejor película de terror para niños

No hay duda de que Hocus Pocus es una gran película. Desde el inicio, esta película de 1993 contiene toda la magia que uno podría esperar para iniciarse en el cine de terror, convirtiéndose en un trabajo representativo de los 90s. Hay un gato negro que habla, hechizos aterradores, un zombie, tres brujas que comen niños, en fin, todo. Dirigida por Kenny Ortega, lejos de perder su encanto, ha creado un legado sólido, siendo sumamente divertida 30 años después de su estreno.

Hocus Pocus se conserva gracias a la nostalgia. En esta era de reboots, remakes y secuelas, tratamos de recordar tiempos en los que la vida era más simple. Y es que esta película define a toda una generación de fans del terror. Para muchos fue su primera película con sustos, junto a otras que salieron en aquel entonces. Otros la consideran una buena adición al género, con mucha imaginación y suficiente oscuridad como para que se nos quede en la memoria. Los guionistas Mick Garris y Neil Cuthbert balancean estos elemenots para darnos una historia atemporal sobre la curiosidad juvenil, la importancia de los lazos fraternales y la amistad.

Con una banda sonora compuesta por John Debney, Hocus Pocus inicia en Salem, a finales de los años 1600, con una joven Emily (Amanda Shepherd) viviendo con su hermano Thackery Binx (Sean Murray) y sus padres. Una mañana, Thackery se despierta y se da cuenta de que su hermana ha desaparecido, y que hay un extraño humo de color morado a la distancia. Al buscarla en el bosque, Thackery llega a una cabaña donde las hermanas Winifred (Bette Midler), Sarah (Sarah Jessica Parker) y Mary (Kathy Najimy) se reúnen a practicar la brujería y preparan una poción que absorberá la vida de todos los niños de Salem.

Hocus Pocus es oscura pero no demasiado. Camina por la línea que separa la comedia del terror, tomando lo mejor de ambos mundos. Mientras habla de consumir almas de niños, bromea sobre los pies de un cadáver y lo tranquila que va su noche, aunque hay aldeanos con antorchas en su puerta. Las hermanas son ejecutadas por sus crímenes, lo cual es bastante gráfico para una película categoría PG.

La historia avanza 300 años hacia el presente, llegando a Salem en 1993. Los tiempos han cambiado y la ropa puritana se ha convertido en jeans y gorras. Lo que fue la casa de las brujas se ha convertido en un museo, el cual está clausurado tras misteriosos eventos. Max (Omri Katz) y su hermana Dani (Thora Birch) se acaban de mudar a la localidad, dejando atrás el sol y la arena de las playas de California. Max odia el Halloween, pero Dani adora todo lo relacionado a la festividad, incluyendo la historia de las hermanas Sanderson. Naturalmente, su disfraz para este año es el de una bruja.

En su primer día de escuela, Max toma la clase de Miss Olin (Kathleen Freeman), quien le cuenta la historia de las hermanas y cómo Thackery Binx sufrió un destino peor que la muerte: vivir para siempre en forma de gato. Dice la leyenda que en la noche de Halloween, un gato negro cuida la casa Sanderson, alejando a cualquiera que quiera traer de regreso a las brujas, ya que esa noche es cuando la frontera entre nuestro mundo y el de los muertos es más débil.

La película aprovecha este ambiente para dejar un mensaje de respeto hacia la festividad. Y es que aunque pasen los años, siempre existe en nosotros la posiblidad de pensar que hay algo de cierto en esto. Hocus Pocus nos enseña que podemos creer en la magia sin importar la edad, y que no debemos abandonar esas creencias aunque seamos adultos. Este tipo de mensaje, envuelto en una historia con tres brujas, un gato negro y un zombie llamado Billy (Doug Jones) es más contundente hoy que antes.

Doug Jones Hocus Pocus 2

Accidentalmente, Max trae de regreso a las hermanas Sanderson y éstas tratan de retomar su plan donde lo dejaron. La sexualidad está presente en la historia. Max completa el hechizo por ser virgen, y Sarah se muestra de una manera seductora, e incluso la vemos seduciendo a un chofer de ómnibus. Algunas de estas situaciones no serían bien vistas hoy.

Hocus Pocus no solo utiliza el humor sino también un lado musical. “I Put A Spell On You”, escrita y grabada por Screamin’ Jay Hawkins, se roba el show en una fiesta en la que los padres de Dani y Max están presentes. Winifred, a través de la canción, los condena a bailar hasta morir. En otro momento, Sarah usa su interpretación de “Come Little Children” para atraer a los niños. La escena es visualmente atractiva y macabra a la vez, mostrando a los niños descalzos caminando como zombies hacia la cabaña Sanderson, donde Winifred los espera para completar su hechizo. Max y Dani se lo impiden, llevando a las brujas a terreno sagrado, el cual no pueden pisar. Max se sacrifica para evitar que dañen a su hermana, y tras una confrontación, Winifred finalmente es derrotada y convertida en piedra, mientras que sus hermanas se vuelven polvo brillante.

La película es todo lo que alguien buscaría en una historia de Halloween, capturando el sentimiento de una fecha en la que todo lo sobrenatural puede ocurrir. 30 años después, se puede seguir viendo de principio a fin sin problema alguno. Con detalles que van desde el libro de hechizos forrado en piel humana hasta la actitud siniestra y traviesa de las hermanas, Hocus Pocus continúa siendo una de las más grandes películas de terror para niños de todos los tiempos. Es pura magia, y raya en la perfección en muchos aspectos.

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